哈姆雷特 第三幕之第四场
哈姆雷特 第三幕之第四场
III.iv Entran la REINA y POLONIO.
POLONIO
Viene en seguida. Censuradle a fondo.
Decid que sus excesos ya son insufribles
y que Vuestra Majestad le ha protegido
de las iras. No voy a hablar más.
Os lo ruego, sed clara con él.
HAMLET [dentro]
?Madre, madre, madre!
REINA
Así lo haré. Perded cuidado. Escondeos, que ya viene.
Entra HAMLET.
HAMLET
Y bien, madre, ?qué ocurre?
REINA
Hamlet, has ofendido mucho a tu padre.
HAMLET
Madre, tú has ofendido mucho a mi padre.
REINA
Vamos, vamos, replicas con lengua muy suelta.
HAMLET
Venga, venga, preguntas con lengua perversa.
REINA
?Qué es esto, Hamlet?
HAMLET
?Qué ocurre ahora?
REINA
?Olvidas quién soy?
HAMLET
Por la cruz, nada de eso. Eres la reina,
esposa del hermano de tu esposo
y, ojalá no lo fueras, pero eres mi madre.
REINA
Muy bien. Te mandaré a quien sepa hablarte.
HAMLET
Vamos, vamos, siéntate. Tú no te mueves
ni te vas hasta que ponga frente a ti
un espejo que te ense?e tus adentros.
REINA
?Qué vas a hacer? ?No irás a matarme?
?Ah, socorro, socorro!
POLONIO [detrás del tapiz]
?Ah, socorro, socorro, socorro!
HAMLET
?Cómo! ?Una rata? ?Por un ducado la mato!
Mata a POLONIO [atravesando el tapiz].
POLONIO
?Ah, me han matado!
REINA
?Ay de mí! ?Qué has hecho?
HAMLET
Pues no sé. ?Es el rey?
REINA
?Ah, qué locura criminal es esta!
HAMLET
?Criminal? Casi tanto, buena madre,
como matar a un rey y casarse con su hermano.
REINA ?
?Matar a un rey?
HAMLET
Sí, se?ora, eso he dicho. ?
Y tú, bobo, imprudente, entrometido, adiós.
Te creí tu superior. Acepta tu suerte.
Pasarse de curioso trae peligro. ?
No te retuerzas más las manos. Calma, siéntate;
yo seré quien te retuerza el corazón
si está hecho de materia permeable
y la ruin costumbre no lo ha vuelto tan duro
que no pueda expugnarlo el sentimiento.
REINA
?Qué he hecho yo para que me hables así
con lengua tan ruidosa y ofensiva?
HAMLET
Una acción tal que empa?a
el cándido rubor de la decencia,
llama hipocresía a la virtud, quita
la rosa de la frente al amor puro
dejándole un estigma, vuelve los esponsales
tan falsos como juramentos de tahúr.
Ah, tal acción que del sagrado contrato
arranca el alma, cambiando en palabrería
la santa religión. El cielo enrojece
sobre esta sólida esfera y, con triste semblante,
como si aguardara el Día del Juicio,
está angustiado por tu acción.
REINA
?Ay de mí! ?Qué acción,
que se anuncia tronando y rugiendo?