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哈姆雷特 第五幕之第二场

分类: 西班牙语  时间: 2023-04-12 19:14:35  作者: 全国等级考试资料网 

 

V.ii Entran HAMLET y HORACIO. HAMLETDe eso nada más. En cuanto al resto, veamos.¿Te acuerdas de todo mi relato?HORACIO¡Cómo no acordarme, señor!HAMLETHabía en mi alma una especie de luchaque me tenía despierto. Me sentí peorque un amotinado en los grilletes.En un rapto... Benditos los arrebatos:admitamos que a veces el impulsonos es más útil que el cálculo, lo que nos muestraque hay una divinidad que modela nuestros fines,cualquiera que haya sido nuestro esbozo.HORACIOAsí es.HAMLETSalí del camarote y, envueltoen mi tabardo marinero, anduvea tientas en las sombras hasta hallarlos [L1]les quité los documentos y volvífinalmente al camarote, permitiéndomeabrir el real comunicado, mis temoresvenciendo mis modales. Horacio, en él leí(¡ah, regia canallada!) la orden expresa,guarnecida de razones muy variadassobre el bien de Dinamarca e Inglaterra,con, ¡ah!, todos los duendes que me hacen peligroso,de que, a su lectura y en el acto,sin esperar a que afilasen el hacha,me cortaran la cabeza.HORACIO¡No es posible!HAMLETAquí está el comunicado. Léelo sin prisa.¿Quieres saber cómo procedí?HORACIOOs lo ruego.HAMLET VVéndome atrapado por infames(antes que le diera un resumen al cerebro,él ya veía la acción), me senté, proyectéuna nueva orden, la escribí con buena letra.Al igual que los políticos, yo antesmenospreciaba la caligrafíay me esforcé en olvidarla, pero ahorame ha prestado un fiel servicio.¿Te digo el contenido de la orden?HORACIOSí, Alteza.HAMLETFue un ruego muy solemne de parte del rey:Puesto que Inglaterra ha sido su leal tributariay sus lazos deben florecer cual la palmera,puesto que la paz debe llevar siempresu guirnalda de espigas y unirlos en su afecto,con otros muchos «puestos» bien colmados,que, a la vista y lectura del escrito,sin debate y cumpliéndolo a la letra,se dé a sus portadores la muerte inmediatasin lugar a confesión.HORACIO¿Y cómo lo sellasteis?HAMLETHasta en eso fue el cielo providente:llevaba en la bolsa el anillo de mi padre,cuyo sello es idéntico al del rey;doblé el escrito a la manera del otro,lo firmé, sellé y reemplacé sin que nadieadvirtiera ningún cambio. Al otro díafue el combate naval; lo que sigueya lo sabes.HORACIOY Guildenstern y Rosencrantz fueron a su muerteHAMLET¡Pero si estaban prendados de su oficio!No me rozan la conciencia. Su caídaresulta de su propia intromisión.El inferior corre peligro atravesándoseentre los fieros golpes y estocadasde rivales poderosos.HORACIO¡Qué rey es este!HAMLET¿No crees que ya es mi turno?Mata a mi padre, prostituye a mi madre,se mete entre la elección y mi esperanza [L2]y a mi propia vida le echa el anzuelocon toda esa maña. ¿No sería de concienciapagarle con mi brazo? ¿Y no sería condenarsepermitir que esta úlcera se extienday siga corrompiendo?HORACIOTendrá pronto noticias de Inglaterrainformándole de todo lo ocurrido.HAMLETMuy pronto. Pero el intervalo es mío.Una vida no dura más que decir «uno».Pero me ha dolido mucho, buen Horacio,haberme propasado con Laertes,pues en el rostro de mi causa puedo verel reflejo de la suya. Me ganaré su favor.Sin embargo, sus alardes de angustiadispararon mi arrebato.HORACIO¡Chsss! ¿Quién viene? Entra el joven OSRIC. OSRICAlteza, sed muy bienvenido a Dinamarca.HAMLETCon humildad os lo agradezco. ‑ ¿Conoces a esta li­bélula?HORACIONo, mi señor.HAMLETMás gracia para tu alma, que conocerle es pecado. Posee tierras, muchas y fértiles. Con que un animal sea dueño de animales, ya tiene el pesebre en la mesa del rey. Este es un rústico, pero, como digo, con grandes extensiones de estiércol.OSRICMi querido señor, si vuestra gentileza se hallara ociosa, os transmitiría un mensaje de Su Majestad.HAMLETSeñor, le prestaré oídos con toda entrega de espí­ritu. Dadle a vuestro gorro el uso debido: es para la cabeza.OSRIC    Gracias, Alteza. Hace mucho calor.HAMLETNo, creedme: hace mucho frío. El viento es del norte.OSRIC    En efecto, señor; hace bastante frío.HAMLET    Para mi complexión hace un calor sofocante.OSRICSobre manera, Alteza. Hace mucho bochorno, como quien dice... ¿Cómo decirlo? Pero, señor, Su Majestad me manda participaros que ha hecho una gran apuesta en favor vuestro. Señor, se trata de...HAMLET    Acordaos de cubriros.OSRICNo, mi buen señor, de veras; por respeto. Alteza, no ignoráis la excelencia de Laertes con su arma.HAMLET    ¿Y cuál es?OSRICEstoque y daga[L3].HAMLETSon dos armas. Pero, en fin...OSRICSeñor, el rey ha apostado seis corceles berberiscos, a los cuales, según creo, Laertes ha contrapuesto seis esto­ques y puñales franceses con todos sus adherentes, tales como el cinto, los tahalíes, etcétera. En verdad, tres de las portaderas son muy gratas al gusto, muy acordes con la empuñadura, un auténtico primor y de extrema­da fantasía.HAMLET¿A qué llamáis «portaderas»?ORISCSeñor, las portaderas son las correas.HAMLETEl término sería más propio si pudiéramos ceñirnos un cañón. Entre tanto, llámense correas. Mas sigamos. Seis caballos berberiscos contra seis espadas francesas, con sus adherentes y tres portaderas de extremada fantasía. Es la apuesta francesa contra la danesa. ¿Por qué se ha «contrapuesto», como vos decís?OSRICSeñor, el rey ha apostado que en doce asaltos entre vos y Laertes, él no os ganará por más de tres. Laertes ha apostado por nueve de los doce[L4]. Podría ponerse a prueba de inmediato si Vuestra Alteza se dignase res­ponder.HAMLET¿Y si respondo que no?OSRICSeñor, quiero decir si accedierais a enfrentaros.HAMLETSeñor, pasearé por este salón. Si le place a Su Majestad, es mi hora de ejercicios. Si traen las armas, y está dispuesto el caballero, y el rey mantiene su apuesta, haré que gane si puedo. Si no, me ganaré la deshonra y los golpes en cuestión.OSRIC.¿Transmito así vuestra respuesta?HAMLETEn tal sentido, señor, con los floreos que os dicte vues­tro estilo.OSRICMe recomiendo con lealtad a Vuestra Alteza.HAMLETTodo vuestro. Sale OSRIC. Hace bien en recomendarse, pues nadie lo hará por él.HORACIOEste chorlito se va con el cascarón en la cabeza.HAMLETLe hacía ceremonias a la teta antes de mamar. Éste y otros muchos de su cuerda, que tanto cautivan a nues­tro frívolo mundo, sólo han pescado la jerga de moda y las fórmulas externas: un surtido de pamemas que los saca adelante entre las mentes más cultas; pero prueba a soplarles y les revientas las pompas.HORACIOPerderéis este encuentro, señor.HAMLETNo lo creo. Desde que él marchó a Francia, no he dejado de practicar, y con tal apuesta ganaré. Aunque no te imaginas el malestar que siento. Pero no importa.HORACIO¿Qué es, señor?HAMLETUna tontería; uno de esos presentimientos que turba­rían a una mujer[L5]HORACIOSi vuestro ánimo está inquieto, obedecedlo. Haré que no vengan y diré que no estáis listo.HAMLETNada de eso; los augurios se rechazan. Hay singular providencia en la caída de un pájaro. Si viene ahora, no vendrá luego. Si no viene luego, vendrá ahora. Si no viene ahora, vendrá un día. Todo es estar preparado. Como nadie sabe nada de lo que deja, ¿qué importa dejarlo antes? Ya basta. Entran el REY, la REINA, LAERTES, corte­sanos, [OSRIC] y acompañamiento con trompetas, tambores, cojines, espadas de es­grima y manoplas,‑ una mesa con jarras de vino. REYVen, Hamlet; ven y toma esta mano. [Pone la mano de LAERTES en la de HAMLET.]HAMLETPerdonadme, señor. Os he agraviado.Perdonad como caballero. Los presentesbien saben y a vos de cierto os han dichoque estoy aquejado de un grave trastorno.Si rudamente he provocadovuestros sentimientos, honor y disgusto,aquí proclamo que ha sido locura.¿Fue Hamlet quien hirió a Laertes? Jamás.Si Hamlet ha salido de síy, no siendo él mismo, agravia a Laertes,no es Hamlet quien obra; Hamlet lo niega.Entonces, ¿quién obra? Su locura. Si es así,Hamlet es también de la parte agraviaday la locura es su cruel enemiga.Señor, ante esta asamblea:que mi negación de un mal pretendidome absuelva en vuestro noble pensamiento,como si mi flecha, volando por encimade la casa, hubiera herido a mi hermano.LAERTESLo admito en mis sentimientos,que son los que más deberían movermea la venganza. Respecto a mi honorme reservo, y no deseo reconciliarmehasta que voces de probada autoridademitan juicio y precedente de concordiay mi buen nombre salga intacto. Hasta entoncesacojo como afecto el afecto declaradoy no lo menosprecio.HAMLETLo acepto muy gustoso, y lucharéabiertamente en este encuentro fraternal. –Traed las espadas, vamos.LAERTESVenga, una para mí.HAMLETLaertes, os daré realce. Mi torpezahará que vuestro arte brille tantocomo un astro en la noche más oscura.LAERTESOs burláis, señor.HAMLETNo, os lo juro.REYDales las espadas, joven Osric. Hamlet,¿conoces la apuesta?HAMLETPerfectamente, señor.Vuestra Majestad ha apostado por el débil.REYNo me inquieta; os he visto a ambos.Mas, como él es un maestro, se te ha dado ventaja.LAERTESÉsta es muy pesada. A ver otra.HAMLETÉsta me gusta. ¿Son todas del mismo largo?OSRICSí, Alteza. Se disponen a luchar. REYPoned las jarras de vino en esa mesa.Si Hamlet da el primer golpe o el segundo,o se desquita en el tercer asalto,que en todas las almenas disparen los cañones.El rey beberá por el vigor de Hamlety en la copa echará una perla más valiosaque la que cuatro reyes sucesivosen la corona danesa portaron.Dadme las copas; el timbal hablará a la trompeta,la trompeta al cañón de la muralla,el cañón al cielo y el cielo a la tierra, diciendo:«El rey bebe ahora por Hamlet.» Empezad.Jueces, vosotros siempre vigilantes.HAMLETVamos.LAERTESVamos, señor. Luchan. HAMLET¡Uno!LAERTES¡No!HAMLET¿Jueces?OSRICUn punto, un punto muy claro.LAERTESBien, sigamos.REYAlto. Traed el vino. Hamlet, tuya es esta perla.Bebo a tu salud. Suenan tambores y trompetas, y disparan una salva. Dadle la copa.HAMLETPrimero, este asalto. Dejadla a un lado. ‑Vamos. Vuelven a luchar.     Otro punto. ¿Qué decís?LAERTES    Otro punto, lo confieso.REYGanará nuestro hijo.REINAEstá sudando y sin aliento[L6].Hamlet, toma mi pañuelo, sécate la frente.La reina bebe por tu suerte, Hamlet.HAMLETGracias, madre.REYGertrudis, no bebas.REINAQuiero beber, esposo; con permiso. Bebe [y ofrece la copa a HAMLET]. REY [aparte]Es la copa envenenada. Ya es tarde.HAMLETAún no me atrevo, señora. Beberé luego.REINAVen, deja que te seque la cara.LAERTESMajestad, esta vez le toco.REYNo lo creo.LAERTES [aparte]Esto va casi contra mi conciencia.HAMLETVamos al tercero, Laertes. No dais en serio.Os lo ruego, atacad con más ardor.Temo ser vuestro juguete.LAERTES¿Eso creéis? Vamos. Luchan. OSRICNingún punto para nadie.LAERTES¡En guardia[L7]!. Hiere a HAMLET. Hay un forcejeo y se cambian los estoques. HAMLET hiere a LAERTES. REY¡Separadlos! Están furiosos.HAMLETNo, sigamos. Cae la REINA. OSRIC¡Atended a la reina!HORACIOSangran ambos. ‑ ¿Cómo estáis, Alteza?OSRIC¿Cómo estáis, Laertes?LAERTESComo pajaro cogido en mi trampa, Osric.Mi propia traicion me da justa muerte.HAMLET¿Cómo está la reina? REYSe ha desmayado al verlos sangrar.REINA¡No, no, el vino, el vino! ¡Ah, mi buen Hamlet!¡El vino, el vino! ¡Me ha envenenado! Muere. HAMLET¡Ah, infamia! ¡Que cierren la puerta!¡Traición! ¡Descubridla! [Sale OSRIC.] LAERTESEstá aquí, Hamlet. Hamlet, estás muerto.No hay medicina que pueda salvarte.No te queda ni media hora de vida.El arma traidora está en tu mano,con punta y envenenada. La vilezase ha vuelto contra mí. Mira: yo,caído para siempre, y tu madre, envenenada.No puedo más. ¡El rey, el rey es el cuípable!HAMLET¿Con punta y envenenada? ¡Pues a lo tuyo, veneno! Hiere al REY. TODOS [LOS CORTESANOS]    ¡Traición, traición!REY    ¡Amigos, defendedme! Sólo estoy herido.HAMLET¡Toma, maldito danés, criminal, incestuoso!¡Bébete la pócima! [Obliga a beber al REY.] ¿Está ahí tu perla? Sigue a mi madre. Muere el REY. LAERTESRecibió su merecido:es veneno que él mismo preparó.Perdonémonos, mi noble Hamlet.¡No caigan sobre ti mi muerte ni la de mi padre,ni la tuya sobre mí! Muere. HAMLETEl ciclo te absuelva. Voy a seguirte.Me muero, Horacio. ‑ ¡Adiós, pobre reina!Vosotros, que palidecéis y tembláisante esta desdicha, comparsas o testigosmudos de esta obra, si me quedara tiempo(pues el esbirro de la muerte siempre arresta),ah, os contaría... Ya basta. Horacio, me muero;tú vives: relata mi historia y mi causaa cuantos las ignoran.HORACIONada de eso.Más que danés soy antiguo romano.Aún queda bebida.HAMLETComo hombre que eres,dame esa copa. ¡Suéltala! ¡Por Dios, dámelal¡Ah, buen Horacio! Si todo queda oculto,¡qué nombre tan manchado dejaré!Si por mí sentiste algún cariño,abstente de la dicha por un tiempoy vive con dolor en el cruel mundopara contar mi historia. Marcha a lo lejos y cañonazo. ¿Qué es ese ruido de guerra? Entra OSRIC. OSRIC.El joven Fortinbrás, de vuelta victoriosade Polonia, dispara esta salva marcialen honor de los embajadores de Inglaterra.HAMLET¡Ah, ya muero, Horacio!El fuerte veneno señorea mi ánimo.No viviré para oír las nuevas de Inglaterra,pero adivino que será elegido reyFortinbrás. Le doy mi voto agonizante.Díselo, junto con todos los sucesosque me han llevado... El resto es silencio. [Lanza un hondo suspiro y ] muere. HORACIOHa estallado un noble pecho. Buenas noches,buen príncipe; que cánticos de ángeleste lleven al reposo. ‑ ¿Por qué vienen los tambores? Entran FORTINBRÁS y los EMBAJADORES de Inglaterra, con tambores, estandartes y acompañamiento. FORTINBRÁS¿Dónde está la escena?HORACIO¿Qué queréis ver? Si es algode asombro o dolor, cese vuestra busca.FORTINBRÁSEsta sangre pregona matanza. Muerte altiva,¿qué festín preparas en tu celda infernal,que con tal violencia hieres a la veza tantos príncipes?EMBAJADOREl cuadro es angustioso y nuestra embajada de Inglaterra llega tarde.Sordos están los oídos que nos debendar audiencia, pues su orden fue cumpliday Rosencrantz y Guildenstern han muerto.¿Quién nos dará las gracias?HORACIOSu boca, no, aunque en ellahubiera vida para agradecéroslo;él nunca dio la orden de matarlos.Mas, puesto que llegáis en hora tan sangrienta,vos, de la guerra con Polonia, y vos,de Inglaterra, disponed que los cadáveressean expuestos en alto a la vista de todosy permitid que cuente al mundo, pues lo ignora,todo cuanto sucedió. De este modo sabréisde actos lascivos, sangrientos e inhumanos,castigos fortuitos, muertes casualesy otras que se deben a engaños y artificios;y, por último, de intrigas malogradasvueltas contra sus autores. Todo estofielmente os contaré.FORTINBRÁSApresurémonos a oírlo,y que esté presente toda la nobleza.En cuanto a mí, acojo mi destino con dolor.Sobre este reino tengo derechos históricosy ahora es la sazón para reivindicarlos.HORACIOHablaré también de elloy del voto que otros muchos atraerá.Mas cumplamos sin tardanza lo propuesto,ahora que los ánimos se encienden, no seaque a estas tramas sucedan más desdichas.FORTINBRÁSCuatro capitanes portarána Hamlet marcialmente al catafalco,pues, de habérsele brindado, habría sidoun gran rey. Su muerte será honradacon sones militares y ritos de guerrero.Llevaos los cadáveres. Esta escena,más propia de batalla, aquí disuena.Vamos, que disparen los soldados. Salen en marcha solemne, seguida de una salva de cañón.   [L1]A Rosencrantz y Guildenstern. [L2]La de ser rey. [L3]El estoque se llevaba en la mano derecha y servía para atacar; con la daga, llevada en la izquierda, se paraban los golpes del contrincante. [L4]Dando por supuesto que Laertes es mejor esgrimista que Hamlet, el rey apuesta por una diferencia de puntos favorable a aquél no superior a tres (es decir, Laertes debe ganarle por un mínimo de ocho a cuatro). Por su parte, Laertes parece haber subido la ventaja: él ganará al menos nueve de los doce asaltos. El original es confuso y ha suscitado explica­ciones diversas. [L5]Según Hamlet, son más bien las mujeres las que tienen estas corazonadas. Pero, como puede verse a continuación («si viene aho­ra ... »), es el presentimiento de su propia muerte lo que parece haber inquietado a Hamlet. [L6]En el original, «He’s fat, and scant of breath», donde «fat» no parece significar «gordo», sino más bien «sudoroso» o «acalorado», como explican numerosos editores y comentaristas, y como exige el verso que sigue. [L7]«Haue at you now». No es que Laertes acompañe con estas palabras un inesperado ataque por sorpresa a Hamlet, como suele entenderse, sino que éstas son el aviso del que se dispone a atacar.

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