Al lado del pozo había una ruina de un viejo muro de piedras. Cuando volví de mi trabajo al día siguiente por la tarde, vi desde lejos al principito sentado en lo alto con las piernas colgando. Lo
-Tengo tu cordero y la caja para el cordero. Y tengo tambíén el bozal. Y sonreía melancólicamente. Esperé un buen rato. Sentía que volvía a entrar en calor poco a poco: -Has tenido miedo, mucha
-Será como si en vez de estrellas, te hubiese dado multitud de cascabelitos que saben reír... Una vez más dejó oír su risa y luego se puso serio. -Esta noche ¿sabes? no vengas... -No te de
Ahora hace ya seis años de estO. Jamás he contado esta historia y los compañeros que me vuelven a ver se alegran de encontrarme vivo. Estaba triste, pero yo les decía: “Es el cansanc
-Será como si en vez de estrellas, te hubiese dado multitud de cascabelitos que saben reír... Una vez más dejó oír su risa y luego se puso serio. -Esta noche ¿sabes? no vengas... -No te de
Muchos a?os después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una a
—La tierra es redonda como una naranja. ?rsula perdió la paciencia. “Si has de volverte loco, vuélvete tú solo“, gritó. “Pero no trates de inculcar a los ni?os tus ideas de gitano.“ Jos
—Es el olor del demonio —dijo ella. —En absoluto —corrigió Melquíades—. Está comprobado que el demonio tiene propiedades sulfúricas, y esto no es más que un poco de solimán. Siempre di
Cuando volvieron los gitanos, ?rsula había predispuesto contra ellos a toda la población. Pero la curiosidad pudo más que el temor, porque aquella vez los gitanos recorrieron la aldea haciendo un r
Aquel espíritu de iniciativa social desapareció en poco tiempo, arrastrado por la fiebre de los imanes, los cálculos astronómicos, los sue?os de trasmutación y las ansias de conocer las maravilla